Las dos mujeres fueron separadas por error al salir de la incubadora y ahora reclaman una indemnización por los daños morales
Las Palmas de Gran Canaria, 27 may (EFE).- Dos gemelas prematuras, que fueron separadas por error al salir de la incubadora que compartieron con otra sietemesina, se reencontraron 28 años después al advertir el parecido de ambas una dependienta de un comercio de la capital grancanaria.
Como consecuencia del intercambio, una de las
gemelas fue a parar a otro hogar, cuya hija ocupó su lugar al lado de
su hermana, informó el abogado que representa a una de las
perjudicadas, Sebastián Socorro, quien reclama para su clienta tres
millones de euros por los "enormes" daños morales causados, pues se la
privó de vivir junto a la persona con quien compartió vientre
materno.
Los irreparables daños causados a estas tres
hijas y sus padres también han sido recurridos por la otras dos
hermanas no biológicas y por la madre natural de las gemelas, informó
Socorro.
El fortuito reencuentro se produjo a
finales de 2001 al presentarse la hermana gemela en un comercio, donde
su clienta era conocida por una dependienta y, al dirigirse a ella,
ésta le dijo que se estaba confundiendo con otra, explicó el abogado. La
dependienta se lo contó a una amiga común de ella y la gemela que
favoreció un encuentro de las dos hermanas biológicas, en el que se
desvaneció por el asombroso parecido de las chicas.
A raíz de la cita, comenzaron a indagar
sobre su pasado y descubrieron que ambas nacieron en 1973 en el antiguo
Hospital del Pino de la capital grancanaria, donde un error cambió por
completo sus vidas y la de la otra prematura, según sostiene el
letrado.
Las gemelas sólo han podido compartir como
hermanas los 15 primeros días de su vida en el hospital, señaló el
abogado, que presentó un recurso ante la Justicia, cuyas diligencias
probatorias se practican en el Juzgado de lo Contencioso
Administrativo Número 3 y está pendiente de sentencia, informaron hoy a
Efe fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Canarias.
Después de que en 2004 se sometieron a las
pruebas de ADN que demostraron su parentesco, Socorro reclamó al
Servicio Canario de Salud los daños causados por el "terrible" error
cometido, pero éste "dio la espalda al problema".
Por silencio administrativo, decidió
recurrir y el SCS en su contestación sólo admite una indemnización
para las gemelas de 700 y poco más de 1.000 euros, en caso de que la
sentencia les sea favorable, cantidades que Socorro considera
"ridículas".
Desde el Servicio Canario de Salud no se
quiere hacer manifestaciones al respecto hasta que se produzca la
sentencia.
Además, en esta historia real existe también
otra niña perjudicada, la que ha crecido creyendo ser gemela y que en
la prueba de ADN a la que también se sometió se demostró que no
guardaba ninguna relación biológica con su supuesta hermana.